Las 5 principales características y/o habilidades que debe poseer un Investigador

20.02.2012 14:48

Por: Ing. Mg. Rafael Ramos Cáceres

Las habilidades son específicas y se deben determinar en los términos más concretos posibles porque definen la capacidad y disposición para una cosa, una tarea o una actividad, pero realizada con ingenio y cierto nivel de destreza. Con ciertas habilidades aprendemos a conectar las experiencias presentes con aquello que sucedido anteriormente y con lo que se puede esperar del futuro; éstas tendrán que ayudarnos a explicar, predecir e identificar causas, medios, fines y consecuencias, así como a distinguirlos entre sí; sobre todo a formular problemas, a estimar, valorar y desarrollar las innumerables capacidades asociadas a los procesos de investigación. ¿Cuáles son esas habilidades que debe poseer un investigador?

El reto básico en la investigación es la creatividad, la capacidad de configurar posibilidades a partir de posibilidades, siendo la investigación un proceso de creatividad reflexivo, es decir, observar sin perder detalle de lo que sucede a su interior y de lo que acontece en su exterior (Galindo, 1998, p. 11). La investigación es una complicación, te coloca ante la dificultad de hacer un diagnóstico fiable, donde la creatividad es la primera habilidad que debe poseer un investigador.

El razonamiento lógico brinda un puente entre la teoría y la investigación, es una vía para formular teorías y construirlas (Babbie, 2000, p. 44). La validez de los razonamientos y no de la verdad o falsedad de los enunciados que la componen, se ocupa la lógica, segunda habilidad de un investigador que busca encontrar el conocimiento verdadero, en aquellos datos que confirmen las hipótesis.

Entre la lógica y la creatividad no existe una contraposición puesto que son capacidades complementarias y no opuestas porque en los procesos de innovación van unidas; al respecto Ramón (2011) manifiesta que “se necesita una cierta lógica para llegar a realizar algo concreto y, a su vez, cuando alguien se siente prisionero de las argumentaciones lógicas tiende abandonarlas para buscar otros caminos hasta entonces desconocidos” (p. 235). La creatividad es útil para generar ideas nuevas y otras formas de ver las cosas, mientras que la lógica es necesaria para la evaluación y procesamiento de los datos (Carbó, 2000, p. 93).

Rodríguez (2005) establece que la investigación “debe describir y explicar los fenómenos, eliminando criterios subjetivos y basándose en el método científico, además de utilizar todas las pruebas necesarias para controlar la validez y confiabilidad de los datos” (p.20). La objetividad es la tercera habilidad que se debe tener, para que el investigador elimine preferencias y sentimientos personales.

López (1994) explica que el investigador científico “utiliza técnicas, procedimientos e instrumentos, los que varían dependiendo de la disciplina desde la que investiga, que le permitan obtener cada vez mayor rigurosidad y objetividad en su acercamiento a la realidad” (p. 6). Ésta marcha reflexiva del pensamiento es la rigurosidad, la cuarta habilidad necesaria en una investigación.

El enfoque sistémico u holístico, como modelo de investigación de los fenómenos sociales, se ha venido constituyendo en una de las más extendidas y legitimadas opciones teórico–metodológicas en el campo de la investigación social contemporánea, el impacto de la cibernética (ciencia del control mediante máquinas e información, ya sean éstas naturales o artificiales) en su vinculación al desarrollo de la informática, como ciencias modernas de aplicación en diferentes niveles y áreas de investigación, le han dado mayor peso a la significación y alcance de dicho enfoque (Téllez, 2001, p. 31). El holismo, es la quinta de las habilidades claves de un investigador, busca la creación de modelos capaces de abarcarlo todo.

Presentamos las cinco principales características o habilidades que debe poseer un investigador:

1. Creatividad: El pensamiento creador tiene un papel muy importante en la investigación para el descubrimiento científico y tecnológico, Albert Einsten decía que: “la imaginación es más importante que el conocimiento” (Cegarra, 2002, p. 108).

La creatividad es la habilidad para encontrar nuevas combinaciones donde nadie antes las había detectado; su base radica en cuestionar todo, para demostrar que ninguna situación, principio, creencia, ideología o ley es tan infalible que no puede ser retada o cuestionada; debiendo preguntarse siempre: ¿por qué las cosas son como son y no pueden ser de otra manera? ¿Qué pasará si…? ¿Y por qué no…?. (Eyssautier, 2006, p. 14)

Hay que tener en cuenta algo sin lo cual la investigación no existiría, la creatividad. (Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas, 1980, p. 99)

2. Lógica: El investigador debe hacer mucha lectura sobre lógica o tener un entrenamiento formal en la materia, por lo que el pensamiento lógico consiste en dos etapas: (1) la inducción, que es poner juntas las implicaciones de varios elementos relevantes y evidentes para formar una proposición general; y (2) la deducción, que es razonar desde estas relevantes proposiciones generales hasta una conclusión (Centro Interamericano de Desarrollo Rural y Reforma Agraria, 1970).

La lógica es la habilidad para razonar (Ramírez, 1996, p. 222); y el pensamiento lógico es la capacidad para reunir y considerar todos hechos e ideas importantes y a partir de ellos llegar a conclusiones correctas, como la capacidad para determinar la causa y efecto (Philip, 1997, pp. 372,530).

La lógica ayuda a la formulación rigurosa de una teoría concreta, contribuyendo a la explicitación (explicitar no es sinónimo de explicar, significa “hacer explícito, expresar de modo claro y preciso”) de los fundamentos en los que se apoya y facilitando en el trazado de los límites (González, 1988, p.38). En el método científico, la lógica ayuda en la formulación de proposiciones explícitas, de manera tal que sus posibles alternativas sean claras (Ostle, 1965, p. 20).

3. Objetividad: Lo que busca el investigador es la objetividad de los significados utilizando como criterio de evidencia el acuerdo intersubjetivo entre los implicados en determinados hechos sociales; no siendo una objetividad de entrada, en la recogida de la información, sino una objetividad de salida (Ferreres & González, 2006, p. 126).

Gilbert (1997) señala que la objetividad “es la habilidad para observar e interpretar la realidad de una manera en que los juicios y opiniones personales pueden ser eliminados u omitidos” (p. 39).

Ser objetivo es indispensable para poder juzgar adecuadamente los resultados de la investigación y su discusión, sin dejarnos llevar por lo que esperábamos o deseábamos obtener; ya que en algunos casos, un resultado inesperado ha sido fuente de nuevas investigaciones o descubrimientos (Cegarra, 2004, p. 68).

4. Rigurosidad: Se entiende por rigor científico, el razonamiento correcto puesto de manifiesto a lo largo de una investigación; reflejando el debido ajuste y la correlación exacta que deben existir entre determinadas partes del documento científico: título, introducción, resultados, conclusiones (Mac Lean, 1979, pp. 56,58).

La rigurosidad proviene de la habilidad de utilizar estimaciones de alternativas como base para valorar los recursos fijos (Dixon & Upton, 1996, p. 165). Siendo recursos fijos, recursos que nos permiten lograr nuestros fines, o bien mantener normas que ya han sido establecidas (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 1979).

La rigurosidad es necesaria en una investigación científica que pretenda altos grados de fiabilidad, para no contar con graves inconvenientes en los instrumentos de medición al analizar aspectos estéticos o emocionales, difíciles de detectar y calificar o puntuar por el experimentador (López, San Pedro & López, 1997, p. 322).

Giroux y Tremblay (2004) indican que el investigador que envía un artículo para su publicación “debe dar muestras de rigor metodológico, rigor que se manifiesta en la validez, confiabilidad y precisión de sus herramientas de medición, pero también en el respeto de ciertas convenciones usuales relativas a las divisiones clásicas de un informe de investigación”(p. 32).

5. Holístico: Los investigadores, al tener un enfoque holístico, consideran el fenómeno parte de un contexto más amplio, que es cambiante, una realidad dinámica, y tienen en cuenta el comportamiento (Byram & Fleming, 2001, p. 134).

La holística es la habilidad de tener una visión amplia que persigue comprender la complejidad (Tójar, 2006, p. 52). Con el enfoque holístico, al investigador le interesaría la naturaleza del sistema mismo más que las variables independientes–dependientes particulares, deseando descubrir los procesos dinámicos que caracterizan el sistema y de qué manera se integran sus elementos en un todo funcional (Guerrero, 1997, p. 108). Al adquirir esta habilidad, pensar en forma sistémica, se deberían abandonar simples dualidades como causa/efecto, problema/solución, observador/observado, valor/hecho, razón/emoción, local/global; para observar que los fenómenos, los hechos, están unidos en redes estratificadas y complejas en las cuales las relaciones constituyen el todo; así los efectos se vuelven contra sí mismo y acarrean más efectos que impactan en cualquier lugar del sistema, los observadores determinan —en parte— lo que es observado, y las soluciones son —en el mejor de los casos— ajustes dentro del sistema (Editorial Laboratorio Educativo, 2002, pp. 22-23).

El enfoque sistémico u holístico es útil en la investigación, porque la búsqueda de nuevos sistemas, o el mejoramiento de los existentes, con lleva necesariamente a una orientación de la investigación analítica (o de los componentes); además, es un método de trabajo que facilita la transferencia tecnológica, por ser un enfoque global (Programa Cooperativo de Investigación Agrícola del Cono Sur, 1989, p. 84). Este enfoque mira la o las disciplinas científicas en un sentido amplio, o sea, integrando teorías, ello repercute en una mejor comprensión del ámbito científico y tecnológico, facilitando la incorporación de tecnologías foráneas o de innovación propia al campo de estudio.

Las habilidades sirven de base para el desarrollo de las destrezas, las cuales son respuestas específicas para el logro de una investigación articulada y científica. La destreza se aprende a través de la práctica y depende de la presencia de habilidades fundamentales. La creatividad, la lógica, la objetividad, la rigurosidad y la holística son las cinco principales habilidades que son importantes para la ejecución de una variedad de destrezas que requiere desarrollar un investigador.

Bibliografía

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